MARÍA

Soy María, cocreadora de Llume. Este proyecto en el que ahora vuelco mi energía se nutre de muchas experiencias pasadas y presentes.

Lo pienso y hay 4, cuatro experiencias que confluyen aquí. La maternidad, mi formación académica, el activismo y la vuelta al campo.

La maternidad me conectó con mi cuerpo, el lado animal. Y la crianza y acompañar a mis peques en su juego cotidiano, me ayudó a comprender el recorrido del aprendizaje, la importancia de la automotivación, el proceso sin fin. Desmonté muchas creencias y con esto fundé en 2018 junto con otras cuatro mujeres Yepayé, una ludoteca ambulante para el juego libre con materiales naturales y de reciclaje. A día de hoy montar yepayés es de las cosas que más alegría me da en la vida.

En cuanto a mi formación tengo que decir que fui muy de empezar cosas y acabar pocas. Empecé a estudiar Historia del Arte en la Universidad de Oviedo y Filosofía en la UNED. Entremedias estudié Fotografía en la Escuela de Arte de Oviedo. Allí pasé dos de los mejores años de mi vida, entre el laboratorio, el estudio y la calle (porque los fotógrafos somos muy de pisar calle). Allí tuve grandes profesores y compañeros con los que todavia comparto charlas y críticas e intercambios de ideas. Allí aprendí también la disciplina de trabajo y a sumergirme en los procesos creativos propios. 

Desde pronto participé de los movimientos sociales, consciente de la necesidad de articular propuestas y cambios profundos en este mundo que está muy del revés. En esto aprendí a trabajar en equipo, a tener en cuenta distintas sensibilidades, conocí bellas personas, comprometidas. Aprendí a perder también, que ya se sabe que en las luchas minoritarias perdemos a menudo, y luego aprendí a volver a intentarlo. Ahora se llama resiliencia.

Por último la vuelta al campo, que en mi caso no fue exactamente una vuelta porque siempre fui muy “urbana” y aún así, hubo un momento en que sentí ganas de pueblear y me vine a Cabranes. Respirar, sentir los cambios de la naturaleza, recuperar un poco los biorritmos, conocer mejor la vida de las gentes que nos alimentan y también nutrirme de esta efervescencia agrocultural que se mueve, poquito pero se mueve, en esta tierra. Aquí, otros cuatro aguerridos neorrurales y yo montamos Kikiricoop en 2016 , una cooperativa dedicada a alimentación ecológica, como una forma de hace sostenible la vida en el campo, de tejer redes con otras pequeñas productoras. 

En Cabranes conocí a Ruben en 2019, conectamos trayectorias y ahora las sintetizamos en Llume. Con mucha ilusión, vamos alumbrando fueguitos.

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