The Forest

Igual porque el día está gris me he empezado a acordar de cuando trabajaba en una fábrica en Holanda, seleccionando bulbos de flores. Era aburridísimo.

Trabajábamos en cubículos 4 personas enfrente de otras 4 con una cinta transportadora por el medio que iba sacando cientos de bulbos. Nosotros quitábamos los malos. Fue la primera vez que usé mascarilla en mi vida. Había tanto polvo que teníamos que cambiarla cada par de horas. Había gente de todas partes, sobre todo polacos, irlandeses y españoles. Hubiera molado hablar pero tampoco teníamos un nivel de inglés que nos permitiera grandes conversaciones.

Un día un chico empezó a recoger las cosas que salían por la cinta que no eran bulbos. Palitos, piedras, ramas… Holanda, ya sabemos, tiene mucho terreno ganado al mar así que también aparecían de vez en cuando conchas y caracolas. Luego empezó a “decorar” el cubículo con eso. Los demás poco a poco nos fuimos implicando en su juego y empezamos a colocar piedritas en fila y cosas así. Con las mascarillas pasamos a un siguiente nivel. Usamos en la pieza metálica de la nariz como conector y con los elásticos y palos empezamos a construir móviles que colgábamos de los fluorescentes. Inventamos animales y reconstruimos plantas. Llamamos The Forest a nuestro cubículo.

El supervisor venía cada tanto. Al principio nos miraba extrañado, pero no decía nada. Luego le empezó a hacer gracia y venía cada vez más a menudo a visitar The Forest. Paramos para el descanso. Café de máquina y sandwiche de mortadela y recuerdo tener ganas de volver al cubículo, a ver qué nuevas sorpresas salían por la cinta y ver qué podíamos hacer con ellas. Compañeros de otros cubículos venían a ver el bosque.

Ese día, casi sin hablar entre nosotros, construimos un mundo fantástico. Y salimos muy contentos del curro. Además de seleccionar bulbos, habíamos puesto en práctica Arte Progresivo, Land Art y también Arte Efímero, que por supuesto sabíamos que esa noche lo iban a “limpiar” todo. (¿Todo?¡no! a la mañana siguiente vimos que nos habían dejado un pájaro con alas de mascarilla).

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